DEL DIRECTOR

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                                  Empresarios, gobierno y el desarrollo de Durango

 

Algunos empresarios y comerciantes de Durango, invitaron hace unos días al jefe del Ejecutivo a un desayuno en las instalaciones del Hotel Gobernador. Ahí se trataba de ver cómo le pueden “ayudar” al gobierno a acelerar la economía local y cómo instrumentar un plan que coadyuve a “cristalizar” los programas de gobierno, es decir, todo dentro de un marco de buenas intenciones, una vez que está claro que el gobernador Aispuro no le cierra las puertas a nadie, a todos escucha, pero también… a todos tolera.

Nadie desconoce la realidad de Durango, pero…

Los empresarios no ven a Durango como el terruño donde fueron nacidos, la tierra amada, no tienen un gran sentido de pertenencia, ni un estricto sentido de obligatoriedad ética y durangueñeidad con su tierra, pues no son poquitos, aquellos que han hecho nada por su estado. Algunos sí han invertido, pero son medrosos y es notorio que el impulso al empleo, a la economía y al sentido de libre empresa, lo han dado los fuereños, con tanta Soriana, Al Súper, Walmart, malls, restaurantes, refaccionarias, misceláneas, tiendas de conveniencia y hasta periódicos y otros medios de comunicación. Sin embargo, lo que estos últimos inversionistas producen es un dinero que saquea a Durango y la reinversión es pobre y aunque genera empleos, éstos son de puestos secundarios con salarios mínimos.

Los ciudadanos, ni enterados, porque los duranguenses no somos como los torreonenses, chihuahuenses, jaliscienses que protegen, cuidan y se ayudan entre paisanos, no, aquí es al revés, los que prosperan son los de fuera con el dinero de los de adentro.

Yo desconfío de la postura empresarial local y no es por llevarles la contra, pero a las pruebas nos remitimos. Con esas relaciones entre empresarios y gobernantes, generalmente oscuras y arregladas tras bambalinas perdimos los terrenos del ex DIF en los tiempos de Herrera Caldera, perdimos los terrenos de la ex feria en tiempos de Ismael, perdimos la periferia con tanto fraccionamiento “raro” arrebatado a los ejidatarios y pequeños propietarios con transas y engaños judiciales, perdimos la identidad duranguense por la especulación, perdimos y seguimos perdiendo. Los terrenos de la Unión Ganadera igual y ahí está ahora la sustitución la Ciudad Pecuaria donde no se paran ni las moscas.

No puedo pensar otra cosa que esa invitación tiene de trasfondo quedarse con la feria nacional, quedarse con terrenos de los ex campos ferrocarrileros, adjudicarse contratos, hacer obra, venderle al gobierno a precios de oro, ¡nombre, ya párenle! Hay que reconstruir a Durango, salvar nuestra identidad, nuestra durangueñeidad, no podemos si seguimos viendo cómo saqueamos al estado dorándole la píldora a los políticos en turno.

Durango no necesita servicios o inversiones de ese tipo que vienen a ofrecerle los filibusteros engañabobos, pero tampoco necesita que sean sus propios hijos quien chapuceramente buscan el despojo.