- Tiempo de oración, ayuno, limosna y caridad.
La Iglesia católica se prepara para vivir la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo, a través de tres conceptos básicos: oración, ayuno, limosna o caridad, en una manifestación de fe y amor al prójimo, señaló el sacerdote Herminio Talavera Cárdenas, vicario General de la Arquidiócesis de Durango.
A partir del Miércoles de Ceniza, los católicos inician la preparación hacia la Semana Santa y durante 40 días adoptan la oración y el ayuno que no significa privarse del alimento, sino sentirse solidario con los que carecen de lo esencial para vivir.
También se práctica la limosna o la caridad, para salir al encuentro de los que menos tienen, pero no solo para darles una moneda o alimento, sino para sentir y vivir las necesidades; lo que se pretende es que las prácticas propias de la Cuaresma, ayuden a profundizar en el misterio de Cristo y vivir de una forma auténticamente cristiana.
La Cuaresma se termina el Jueves Santo, que es cuando Jesucristo instituye el mandamiento del sacerdocio, la institución de la Eucaristía y el mandamiento del amor; enseguida inicia la celebración del triduo pascual que son los tres grandes días de la Semana Santa, en los que se celebra la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo.
El Viernes Santo, no se celebra la eucaristía, solo se proclama el relato de la Pasión de Jesucristo, en la que precisa la injusticia en la que fue condenado a morir en una cruz y que se vive a través de la representación del viacrucis.
El Sábado Santo, tampoco se celebra la eucaristía, es el día en que se conmemora la sepultura de Jesucristo y la Iglesia invita a la contemplación, reflexión y preparación para llegada la tarde celebrar la misa de la Pascua o Resurrección.
El domingo es la fiesta de la resurrección, cuando Jesucristo vence el pecado y pasa a la vida nueva y a partir de este momento, la Iglesia durante 50 días hasta la fiesta de Pentecostés celebra este tiempo con un solo mensaje que habla de la presencia de Jesucristo entre los fieles.
Finalmente, el vicario General exhorta a los creyentes a ser coherentes con la fe, dando testimonio en la vida diaria.
Por: Graciela Rosales Padilla / La Voz de Durango