- Lo motivan sus hijos y la urgente necesidad de impulsar el crecimiento del municipio.
Por: Graciela Rosales Padilla / La Voz de Durango
Arturo Yáñez Cuéllar, candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), a la Presidencia Municipal de Durango, se reconoce como un hombre de trabajo, de retos, de entrega incondicional por Durango, por su gente.
Político desde su origen, Arturo Yáñez Cuéllar busca la Presidencia Municipal abanderado por el tricolor, cuya militancia le heredó de su padre Antonio Yáñez, el líder cetemista que por muchos años representó a los panaderos de Durango y que pasó por diversos cargos de elección popular.
La política la lleva en la sangre, así nació. Sus primeros logros se ubican en el liderazgo estudiantil desde secundaria, preparatoria y en la Facultad de Derecho (FADER) de la Universidad Juárez del Estado de Durango (UJED) de donde despegó hacia el PRI, en donde comenzó con la representación de los Jóvenes Priistas y a donde pertenece formalmente desde hace más de 20 años, aunque en realidad, toda la vida estuvo ahí.
Su madre doña Raquel Cuéllar, resultó ser una mujer encantadora, de sonrisa fácil y un orgullo que se nota en el brillo de sus ojos al recordar la niñez del ahora candidato, “fue muy travieso, siempre desde chiquito le gustó la política, lo heredó de su padre” y ríe recordando las charlas, las vivencias entre padre e hijo”.
Sentada a la mesa, en su cocina, doña Raquel nos cuenta que frecuentemente llegan personas a buscar a Arturo, “él quiere a la gente de escasos recursos” ; entre sonrisas, se dirige a los ciudadanos a los que verán y leerán esta entrevista; “voten por él”, y agrega, “yo ya estoy colgada de todos los santos… Que Dios nuestro señor lo ayude…”.
Mientras tanto el candidato priista, nos atiende en la sala de la casa materna, es una casa sencilla como la de muchas personas de clase media, lo acompañan su esposa Rocío y su hija Mía de 13 años, quienes ya portan la camiseta de campaña, solo faltó Jonatan, el hijo de 17 años porque fue a ver el juego de Los Generales.
Sentado en un sillón que parece resguardar la presencia de integrantes de la familia, perpetuados en fotografías, Yáñez Cuéllar se presenta como un hombre honesto, sencillo, con ganas de trabajar y activar económicamente a Durango.
En su origen hay figuras que resaltan por ser la base de su formación como persona, como ciudadano y como político, “me siento orgulloso de ser hijo de un panadero y de una enfermera”, ellos le inculcaron entre otros valores, la honestidad, el respeto, y lucha constante que se forja en la cultura del esfuerzo.
No fue fácil, dice Yáñez Cuéllar, al recordar que desde niño, tenía que acompañar a su padre a la panadería desde las cuatro o cinco de la mañana, ayudar en el trabajo, terminar su parte, y a las 7:30 irse de ahí a la escuela primaria.
Ahí en el barrio de la casa materna, conoció a la que ahora es su esposa, Rocío, una mujer que tiene muy claro que su esposo es político y que eso implica ponderar la calidad en la convivencia familiar, “la política es muy celosa y absorbente, pero siempre hay que darse el tiempo para estar con la familia”.
El también licenciado en Derecho, recuerda su paso por algunos cargos de representación popular, Regidor del Ayuntamiento en los períodos 2001-2004 y en el 2007-2010, fue diputado local en 2004-2007, fue encargado del Despacho dela Presidencia en el 2010 y fue Secretario del Trabajo y Secretario de Desarrollo Social, de tal manera que la experiencia de esta trayectoria, le da conciencia de la problemática social que prevalece en el Municipio.
Esta historia de vida política y pública suman 23 años, que lo han llevado a entender los cargos como una oportunidad de servir con sencillez y honestidad; y ejemplifica con su paso por la Sedesol en donde se manejaban muchos millones de pesos y “nunca he sido señalado por algún comentario de corrupción.., tengo la frente en alto, las manos limpias”.
Es triste –dice Yáñez Cuéllar- ver como se ha paralizado el desarrollo económico, en Durango, como desapareció el proyecto turístico, como ahora falta liquidez en todos los sectores de la sociedad; los empresarios grandes, tienen problemas para para pagar la nómina y lo peor está en la gente de escasos recursos económicos.
Los últimos tres años, en Durango en lugar de hacer acciones de gobierno, se hizo política y así no se avanza.