¿Instinto?

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MTF. Alfredo Arévalo

En otra época compartimos un vínculo más cercano con los animales, luego gracias a nuestra habilidad cognitiva comenzamos a alejarnos, sin embargo, de manera inconsciente aún tenemos características de esa época. Una de ellas es el instinto, el cual cambia su significado, ya sea para quienes conocen el contexto desarrollado por Freud o para la psicología actual. En esta ocasión busco explicar cómo influye en nuestras vidas, pues el conocer lo que hacemos gracias a él, nos ayudará a regularlo o controlarlo para nuestro beneficio.

Instinto animal vs instinto humano

La idea central del  instinto se basa en que es algo heredado e innato, pues nacemos con ello, esto sigue siendo una similitud con el mundo animal, incluidas la relación con nuestras mascotas preferidas. Hay diversos comparativos de nuestro comportamiento con  los animales, si tenemos hambre salivamos, así como esa conducta tenemos otras que parecen evidentes que en el reino animal, los instintos se conservan y cumplen su función vital.

Los instintos buscan cubrir ciertas necesidades primarias, y permite equilibrar nuestras necesidades de energía y descanso, no obstante, qué pasa con algunas enfermedades que desafían esa naturaleza, como la anorexia o bulimia. Pues los seres humanos somos los únicos animales capaces de desafiar la naturaleza de nuestros instintos y en muchas ocasiones buscamos actuar en contra de ellos, esta habilidad forma parte de un instinto de supervivencia que analiza los beneficios de realizar esas actividades, sin embargo, cuando distorsionamos la realidad, engañamos las motivaciones.

Esto demuestra que nacemos con una serie de instintos básicos, ya que hemos desarrollado la habilidad de crear otra serie de instintos, como los morales o religiosos, así como otros sociales o cooperativos que nos han servido para evolucionar como especie, ser una de las criaturas más complejas que existen.

Freud y los instintos

Sigmund Freud, explicó que los instintos son formas de tensión específica de una supuesta energía psíquica, que inicia el movimiento y expresa las necesidades corporales, y de esta manera producen todos los fenómenos característicos de la vida. En base a esta explicación, el instinto sería pues una presión que produce la necesidad de una reacción; este enfoque percibe al instinto más como una necesidad que como una sensación o una conducta innata.

Para Freud, los fenómenos mentales y las actividades sociales son determinadas por la necesidad constante de reducir dichas presiones producidas por los instintos, que al mismo tiempo se convierten en el impulso motor de la vida humana, los cuales para algunos son considerados sentimientos disruptivos o desagradables.

Evolución

El concepto de instinto se ha modificado en diversas ocasiones, todo para satisfacer la necesidad de comprender nuestro entorno y a nosotros mismos, de ahí se ha dado lugar a diversas interpretaciones del mismo en diversas corrientes psicológicas.

Instinto o intuición

Para muchos ambos son similares y llegan al mismo efecto, no obstante, no son lo mismo, es muy común utilizarlos en los mismos contextos y entremezclar significados. El instinto se puede entender como un modo de conocer o actuar basado en sentimientos, sensaciones y motivaciones, ya sean corporales o cognitivas, pero que no vienen de un análisis, sino que parecen de forma súbita. Por otro lado la intuición es el resultado de un análisis del contexto, y se presenta como una respuesta para actuar en determinada circunstancia.

Instintos, libre albedrío y voluntad humana

Dentro de las religiones se tiene una libertad de elegir, y esa misma da paso a que sigamos nuestros instintos, el libre albedrío viene a nivelar la carga moral con nuestras necesidades básicas, por ello se han hecho investigaciones con el fin de identificar lo que son nuestros instintos, el libre albedrío y la voluntad humana.

Esta necesidad de analizar nuestra naturaleza nos demuestra que actuamos antes de pensar, impulsados por nuestro instinto y nuestras emociones; y parece ser que la conciencia de haber tomado una decisión llega cuando ya la hemos tomado, por lo que nuestras decisiones podrían estar predeterminadas inconscientemente segundos antes de que nuestra conciencia las perciba, de una manera premeditada (como lo comentamos en el artículo anterior en la toma de decisiones).

Si lo analizamos así, se puede creer que somos presa de nuestros hábitos y costumbres, adquiridos a lo largo de nuestras vidas, y que tienen la función de satisfacer necesidades. Sin embargo, hemos desarrollado un freno con nuestras creencias religiosas, moralidad, ética y conductas socialmente aceptables, las cuales intervienen para minimizar el impacto de nuestros instintos, y de igual manera para hacernos caer en conductas que ponen en riesgo nuestra salud mental, por lo que es un arma de dos filos.

Si bien el instinto es algo innato que viene a cumplir una función vital, nos hemos dado cuenta que evolucionamos para “elegir los que nos hace bien”, en una realidad manipulable a nuestro favor. En efecto desarrollamos nuestra inteligencia y capacidad de análisis, pero como explica Carl Jung, tenemos una sombra, esa sombra se alimenta de nuestros impulsos no aceptados de manera consciente.

Nuestra conformación biológica trae integradas normas de conducta, pero,, ¿qué tan saludable es reprimirlas o modificarlas? o, ¿hasta dónde podemos dejarnos llevar para satisfacer nuestros instintos?; somos seres complejos, y dentro de esa dificultad para tomar decisiones esta nuestra capacidad de aprendizaje, al final aprendemos que tenemos varios instintos, y el de supervivencia nos ayuda a reconocer conductas de riesgo, en ocasiones rápido y otras muy lento, pero al final toda esa información esta ahí para ayudarnos.

“El miedo es el instinto más vital, el que más hay que respetar. La cobardía es una opción, el miedo un estado” Roberto Saviano

Sobreviviremos al próximo lunes… si conocemos la sombra donde habita el instinto, la aceptamos y aprendemos a vivir con ella.

Nuevamente los invito a escribir cualquier duda, comentario, aclaración a mi correo alfredo.adj@gmail.com