Sobreviviente de cáncer recomienda revisión periódica

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  • Después de 20 años, doña Licha está viva y con ganas de salir adelante.

Graciela Rosales/La Voz de Durango

Lloré cuando me dijeron que tenía cáncer, pensé en la muerte y me imaginé a mis hijas en el desamparo total, me sentí sin esperanzas, devastada, pero hoy estoy aquí, viva, trabajando y con muchas ganas de salir adelante, así se expresó doña Licha, una sobreviviente del cáncer que nos ha pedido guardar su nombre en el anonimato.

De buena gana, accede a platicarnos su historia y nos acomodamos en la cocina para platicar, mientras nos tomamos un cafecito.

“Yo era muy joven, mis hijas tenían seis y tres años de edad, pero la chica siempre fue muy enfermiza, la mayor había comenzado la primaria, yo me di cuenta que algo me pasaba porque sentía un ardor permanente cerca de la axila, me molestaba que la ropa rozara ese lugar, así que me revise y vi que había una bolita”.

Aconsejada por una comadre, doña Licha fue al médico y ahí después de algunos estudios, se dio cuenta que era cáncer, pero hace 20 años, escuchar esa palabra era como una sentencia de muerte, así lo entendí yo, y lloré, lloré mucho sentada en la plaza de Armas, tratando de reunir fuerzas para decírselo a mi esposo.

No sé ni cómo se lo dije, pero me desesperé más de ver su reacción, él también lloró y me dijo, “¿qué vamos a hacer?, ahora que te mueras,  ¿cómo voy a cuidar a las niñas?, yo soy hombre”.

Una hermana le hizo favor de cuidar de sus niñas, mientras ella se iba a Monterrey a donde fue por cuenta del ISSSTE, ahí la operaron, le quitaron el seno derecho y la mandaron a su casa con una bolsa por donde drenaba un líquido, así pasó días, luego le quitaron la bolsa, pero cada determinado tiempo debía ir a las quimioterapias, “me inyectaban algo que duraba horas en pasar y cuando por fin terminaba, me sentía mareada, la comida, los olores, el movimiento, todo me hacía sentir nauseas”.

Un día después de casi un año de tratamiento, el médico la dio de alta, para doña Licha fue como volver a nacer y agradeció a Dios por la oportunidad de vida, por dejarla cuidar de sus hijas que ya la hicieron abuela.

“No fue fácil, ahora hay más cosas modernas para tratar esa enfermedad, es bueno que las mujeres y los hombres también, que se revisen, y eviten el calvario que yo viví, aunque como le digo ahora, las cosas son diferentes, hay aparatos que antes no había y médicos especialistas, pero de cualquier manera, es mejor ir y revisarse a tiempo, por eso le platico la historia, para que la leen y sepan que no es fácil, y que es mejor ir a tiempo y hacerse la revisión”.