¿Liquido 2? (La eternidad y el lumpenproletariado espiritual)

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MTF. Alfredo Arévalo

En el artículo anterior hablamos sobre la modernidad líquida planteado por Zygmunt Bauman, el significado que le da a los tatuajes, perforaciones y cirugías estéticas, lo que enfatiza esta cultura en todo momento es el olvidar, el borrar, el dejar y el reemplazar; de esta manera cada persona llevamos con nosotros una fila de tumbas de sueños, metas, trabajos, pensamientos, personas y emociones.

En este mundo que se desplaza rápidamente todo está bajo la influencia de la vida líquida, y en este artículo hablaremos cómo el sentido de espiritualidad se ha modificado. Podemos ver en redes sociales que la idea de cambio se encuentra en todos lados, nosotros como seres vivos somos cambiantes por naturaleza, sin embargo, hay diferentes tipos de cambio.

Imaginemos que decidimos ir a terapia por un problema que nos agobia, en ella el profesional en salud mental modificará patrones de conducta y te hará cuestionarte sobre aspectos de tu vida que te han llevado hasta ese punto; el cambio se hace gradual y en base a las necesidades de la persona de una manera guiada y hasta cierto punto segura.

Ahora imaginemos que despertamos y vemos en nuestra cuenta de Facebook la historia de Buda, conocemos su ideología y decidimos seguir su ejemplo, y nos auto nombramos budistas; dos o tres días después nos llega una publicación de los beneficios de ser veganos y hacemos los cambios en nuestra alimentación y somos budistas veganos; días después vemos que el ejercicio de moda es el ciclismo, hacemos los cambios necesarios, compramos una bicicleta y ahora somos budistas veganos ciclistas.

En ambos ejemplos el cambio se concreta, en el primero, el proceso terapéutico busca un cambio en beneficio personal que sea duradero; en el segundo ejemplo el cambio viene acompañado por tendencias y constantemente cambiante; en la vida líquida según Bauman, la sociedad se basa en el individualismo y se ha convertido en algo temporal e inestable que carece de aspectos sólidos; todo lo que tenemos es cambiante y con fecha de caducidad, en comparación con las estructuras fijas del pasado; somos una sociedad de consumidores.

Robando desechos

Andrzej Stasiuk elabora la tipología del “Lumpenproletariado espiritual” para explicar de cierta manera el vacío que se ha creado en cuanto al significado de las religiones. Como dice Zygmunt Bauman “Los afectados por el virus del ‘lumpenproletariado espiritual’ viven en el presente y por el presente. Viven para sobrevivir (en la medida de lo posible) y para obtener satisfacción (tanta como puedan) como el mundo no es para ellos un terreno de juego local ni tampoco algo de su propiedad (al haberse liberado de la herencia se sienten libres pero, en cierto modo, desheredados, como si les hubieran robado algo o alguien les hubiera traicionado), no ven nada de malo en explotarlo para su voluntad; para ellos, la explotación no es odiosa en la medida que tampoco lo es robar para recuperar lo que nos han robado”.

Para aclarar un poco más el término lumpemproletariado, este se basa en la filosofía marxista, y se define como la población económicamente marginada, es una parte de la población que no posee medios de producción, ni cuentan con un trabajo estable, solo se dedican a vivir de la caridad, del robo y de los desechos que las otras clases sociales tiran (indigentes, delincuentes, prostitutas).

Visto de esta manera dentro de la sociedad líquida, y con el segundo ejemplo de cambio mencionado anteriormente; alguien con estas características toma los desechos de religiones, filosofías, dogmas, para crear una masa amorfa sin un sentido de trascendencia, pues el tiempo solo fluye en una dirección y es necesario aprovecharlo de la mejor manera.

Como parte de esta generación líquida es común observar quienes afirman tener respuestas de acuerdo a una religión y al poco tiempo tener la noticia que pertenecen a otra; o en un caso similar que pertenecen a una y posteriormente a ninguna o a todas; pero con este cambio constante de visiones espirituales ¿A dónde se dirige nuestra alma cuando nuestro cuerpo muera?

Eternidad

La idea de la eternidad que se profesa de diferente manera en las religiones, es una explicación a dónde iremos luego de morir, el cielo o infierno que se ilustra de diferentes forma dependiendo de lo que creemos, o la posibilidad de regresar con la reencarnación. El conflicto en la modernidad líquida y su vista al presente, es que la idea de un futuro más allá de una vida mortal no existe, o dicho de mejor forma no está permitido.

Debido a esto el hombre busca comprimir el significado de eternidad que traen consigo las religiones, no importa que hay más allá de la muerte si se puede reducir a una vida humana; y de cierta manera lo consiguen estirando su presente hasta donde se requiera, para ello se necesita un cambio constante, en cuanto a la idea de la espiritualidad, la alimentación, el ejercicio, moda, posesiones, etc.

Toda idea de pertenecer a algo mayor como se mencionaba en el artículo anterior no tiene cabida, creamos y destruimos a nuestra conveniencia, lo que se adapte mejor a nuestras necesidades es lo que amoldamos a nuestro presente; toda idea que genere un conflicto o que requiera mayor tiempo para asimilarse queda descartada, por lo que la idea de una espiritualidad se construye conforme avanza la vida y desaparece en nuestra muerte.

El consumismo no gira en torno a la satisfacción de deseos, sino a la incitación del deseo de deseos siempre nuevosSygmunt Bauman

Sobreviviremos al próximo lunes… si afrontamos nuestra realidad.

Nuevamente los invito a escribir cualquier duda, comentario, aclaración a mi correo alfredo.adj@gmail.com