Las Leyes de Reforma y su impacto en la Casa de Moneda de Durango 1855-1862 (2ª Parte)

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Por José Antonio Juárez Muñoz / Director del Museo de Numismática

En 1857 tomó posesión como Presidente de México el conservador general Félix Zuloaga, el cual designó como Gobernador en Durango al General José Antonio Heredia, el cual volvía por cuarta ocasión al poder del gobierno.

Heredia, al llegar al gobierno mandó acuñar una cuartilla de real de 1858 en cobre por medio de un decreto del día jueves 20 de mayo publicado en el periódico oficial y nos dice que se mandaron acuñar $10,000 pesos. De ella, llevó como leyenda en el anverso la palabra “DURANGO” y el año de 1858 y por su reverso “REPUBLICA MEXICANA” nuevamente se le llamo departamento pues era un gobierno conservador, los estados de Chihuahua, Nuevo León, Coahuila y Zacatecas formaron una liga con el fin de restablecer las instituciones liberales llamada “ COALICION FRONTERIZA”.

En este año, el coronel Esteban Coronado y José María Patoni, ambos liberales de corazón, vinieron a salvar a Durango de las fuerzas conservadoras y sus aliados del clero, Coronado se nombró gobernador por un corto tiempo dejando a su suplente de nombre Juan José Subizar, el cual mandó acuñar una cuartilla de real en cobre en una cantidad de $12,000 pesos con un decreto del día 20 de octubre de este mismo año; ésta lleva la leyenda por su anverso “CONSTITUCIÓN”  y el año 1858, y en su reverso “ESTADO DE DURANGO” y su águila republicana. Al año siguiente se expide la ley de nacionalización de los bienes eclesiásticos del 12 de julio de 1859, esto provocó una gran irritación al clero de Durango.

Los miembros del partido conservador de Durango se aliaron con los presos de la cárcel de San Andrés del Teúl, del vecino estado de Zacatecas liberándolos para que vinieran hacer desmanes y asaltos así como para tomar la ciudad y sacar a los liberales al grito de “viva la religión” “viva el plan de Tacubaya” y así tomaron el palacio de gobierno y provocando un incendio en el archivo municipal de Durango, perdiéndose así gran parte de nuestra memoria histórica desde la época colonial hasta las mitad del siglo XIX.

Después de estos hechos, fue separado del gobierno el licenciado Subizar, acusado de complacencia con algunos miembros del partido conservador y fue designado el coronel Mariano Murguía, pero contraviniendo la soberana decisión del Congreso, el general Santos Degollado, jefe militar de las fuerzas liberales, designó al Coronel Miguel Cruz Aedo por unos días y de inmediato se nombró al liberal duranguense José María Patoni, quien había recuperado el estado. Él se mantuvo hasta el año de 1859; en este inter se dejaron ver algunas diferencias entre el Coronel Cruz Aedo y el congreso local que llegó a las amenazas de muerte y se fueron a Santiago Papasquiaro a ratificar el nombramiento de Patoni que  de inmediato aplicó las leyes de desamortización de los bienes eclesiásticos.

El 17 de febrero de 1860 llegó a Durango el filibustero español general Domingo Cajen, comisionado por el presidente Miguel Miramón para recuperar el estado de Durango por la causa conservadora junto a los tulises que cometieron saqueos y múltiples desmanes en casi todo el territorio del estado. El general Patoni tuvo que salir a combatir al general Cajen pero fue derrotado y dejó el gobierno a los conservadores en esta lucha salieron también derrotados los generales José María Pereyra y Tomás Borrego.

La entrada del general Cajen fue el 17 de febrero de 1860, ese día hubo los repiques a vuelo en todas las iglesias anunciando la presencia de las fuerzas protectoras del orden religioso. Este general lo primero que mando realizar a la casa de moneda de Durango fue destruir todos los instrumentos y troqueles que sirvieron para la acuñación de las cuartillas del 58 que llevaban la leyenda “CONSTITUCION” y por decreto del día 22 de marzo de 1860 ordenó la acuñación de la cuartilla de cobre en una cantidad de $30,000 pesos que lleva en el anverso la leyenda  “LIBERTAD EN EL ORDEN”  año de 1860 y por su reverso de la moneda “DEPARTAMENTO DE DURANGO”.

Su águila republicana como las anteriores y mando un interventor en la ceca para controlar la acuñación de la moneda de plata y oro que salía al exterior para su venta, y así tomar dineros para su gobierno y mantenerse en el poder.

Además recurrió a un préstamo forzoso entre los miembros de la oligarquía por la fuerte suma de $36,000 pesos al que no le pusieron objeción y después lanzo otro decreto por el cual se ocuparían las codiciadas haciendas de San Lorenzo y La Punta, las más productivas de ese entonces y lo más grave contra la religión fue que ordeno “la acuñación de las alhajas de la catedral” el redentor de la religión resulto más falso al incrementar sus bienes pues realizo saqueos en todo lo que se le atravesara. (Continuará…).