¿Terapia de pareja?

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MTF. Alfredo Arévalo

Esta semana vi la película “Historia de un matrimonio”, los actores son Scarlett Johansson y Adam Driver llevan los problemas de matrimonio a un nivel muy interesante, curiosamente inicia donde los personajes asisten a terapia de pareja; en esa misma semana vi un capítulo de “Dos hombres y medio” donde uno de los personajes habla de lo desagradable que fue para él asistir a terapia de pareja.

Esto me puso a pensar en la idea que tienen las personas que asisten a terapia conmigo, como terapeuta (y como persona) existen temas que te cuesta trabajo abordar, en ocasiones he cometido errores que hacen que el proceso concluya antes de tiempo; la transferencia y contra transferencia de información en el proceso terapéutico hace complicado que las incomodidades en ciertos temas puedan ocultarse, por ello las experiencias de las personas varían.

En una ocasión que buscaba un terapeuta pregunte la opinión de una colega, y me dijo “buscas a la persona dependiendo del consejo que quieres recibir”, y eso aplica no solo a terapia, sino a la vida misma, en ocasiones se busca una reafirmación más que un consejo, y nuestro cerebro crea situaciones donde creemos que tenemos la razón, aunque no la tengamos, eso es una trampa del Ego.

¿Qué nos motiva a buscar terapia?, la mayoría de las veces es el pensar que se han agotado los recursos para salir adelante, no obstante, en algunas ocasiones buscamos otra cosa, un aliado que reafirme nuestra postura, alguien que escuche, alguien que le diga a tu pareja que está mal, que te apoye en el hogar, etc…

Inicio del camino

Normalmente se ve la terapia como una salida, una solución; pero es el inicio del camino, y la mayoría de las veces no es el que se tiene previsto, dependiendo del impacto que tenga en tu vida y de lo honesto que seas, iniciarán cambios en tu vida. Dentro de la relación de pareja hay algo que nombro moneda de cambio, en ocasiones no se quiere ir a terapia realmente, sin embargo, se toca el tema para que la pareja crea en el compromiso que se tiene por el cambio.

Cuando se usa esta moneda de cambio lo que se espera es una terapia superficial, asistir a una o dos terapias para ver que pasa y que se vea que se está comprometido con esto, y cuando se va profundizando en el tema es común que uno se sienta incómodo y comience a evitar ir a terapia, surgen compromisos que no pueden postergar, gastos imprevistos, y todo lo que pueda bloquear ese camino.

Una mala experiencia

Cuando esto pasa, la experiencia de la terapia familiar es mala, pues no se tenía el objetivo específico de “ir a terapia” solo se usó esa moneda para tranquilizar la situación, y en ocasiones se usa más de una vez, con el mismo resultado, hasta que la pareja o familia desiste porque “no hay buenos terapeutas” o “no hay dónde nos ayuden”, y otras cuantas frases más.

Si lo analizamos es algo obvio el fracaso, si hacemos algo solo porque en el momento nos pareció buena idea o para complacer a otra persona la intención no será real, cumplimos solo superficialmente, para creer que hicimos todo lo posible, y se crea un ciclo que en ocasiones no vemos, donde intentamos a medias y fracasamos.

Lo ideal sería hablar con la pareja sobre lo que esperamos de la terapia, tener los objetivos específicos y trabajar los que surjan de manera imprevista, y que ambos tengan claro que se tiene que trabajar y comprometerse de manera real, no solo buscar la terapia como un placebo que “solucione” los problemas.

Cambio sin cambiar

Luego de una mala experiencia la familia busca formas para buscar un equilibrio, si esto no se logra aparecen más problemas hasta que se encuentra una forma de “silenciarlos”, cuando una familia o pareja que lleva tiempo silenciando sus problemas, buscan una terapia que genere cambios sin mover nada en su persona o en la dinámica de familia o pareja.

Generalmente pasa esto cuando la familia es obligada a ir a terapia, para tener una constancia en el trabajo o en la escuela de sus hijos, cuando no se tiene la intención de asistir realmente se buscan formas de evitar participar, o de no tocar temas que puedan iniciar un cambio real.

Lo ideal

Lo ideal sería ver la terapia como una forma de explorar de manera profunda las diferencias de pareja o familia, el problema viene en que, en la mayoría de los casos, las parejas acuden tarde a terapia.

Llegados a ese punto en que la relación se encuentra muy dañada y los miembros de la pareja sienten que ya no pueden más. En estos casos, el hecho de acudir a terapia se vive como un “apaga fuegos”, es decir, un último intento por salvar la relación. Los mitos alrededor de “acudir a terapia” en general y, realizar una terapia de pareja en particular, dificultan y retrasan el inicio de la intervención por parte de profesionales.

Otro de los problemas que pueden dificultar el proceso es que no haya acuerdo y consenso en alguno de los miembros y que no estén implicados de la misma forma. Para que la pareja siga a flote, los dos tienen que remar y hacerlo en la misma dirección, de otra manera cualquier intento de solución será solo un “intento”, nada que se pueda consolidar.

¿Qué es el amor? El anhelo de salir de uno mismoCharles Baudelaire

Sobreviviremos al próximo lunes… Si aprendemos a pedir ayuda profesional

Nuevamente los invito a escribir cualquier duda, comentario, aclaración a mi correo alfredo.adj@gmail.com