Olga Arias, notable poetisa durangueña de corazón

0
93

Su pensamiento se ha grabado en cantera de monumentos públicos.

La Voz de Durango
Nacida en Toluca, Estado de México, pero duranguense de corazón, la poetisa Olga Arias, autora de más de 20 libros de poesías, novelas y cuentos, murió el 9 de abril de 1994 y es recordada por el Instituto Municipal del Arte y la Cultura (IMAC).

En palabras de María Rosa Fiscal, quien ha escrito sobre la poetisa, “Olga Arias vive en una vieja casona adaptada a las comodidades de la vida moderna, todo en ella pregona su amor por su ciudad adoptiva porque la escritora no nació en la ciudad de Durango, sino en la de Toluca, pero desde su llegada, en el ya lejano año de 1939 amó a la población, al campo, al cielo y la quietud, y escogió quedarse”.

“…En los muros de su casa cuelgan cuadros de pintores duranguenses: Guillermo Bravo, Elizabeth Linden Bracho, Luis Ramos Sandoval, Magdalena Durán; en los corredores, en el patio, en la sala, se admiran esculturas también salidas de las manos de artistas locales, me invita a pasar a la sala para la amena charla que queda aquí registrada con toda la fidelidad para respetar el énfasis que ella puso en algunas frases o ideas, en una de las paredes apreciamos un gran óleo de Francisco Montoya de la Cruz, también duranguense, que la muestra rubia y frágil, aunque de poderosa voz y que le imprime un sello particular al ambiente”.

“…Conocí a Olga Arias hace muchos años, la veía recorrer diariamente las calles de Durango con la cabeza alta, la vista fija hacia adelante y paso firme y resulto, yo era una niña entonces y no comprendía ni su actitud desafiante de las ‘buenas conciencias’ duranguenses ni su lucha silenciosa, fue así como, andando el tiempo, llegó a crear una obra literaria extensa, a hacerse merecedora de premios y distinciones nacionales e internacionales y a gozar de la admiración y el respeto de una comunidad que otrora la criticaba”.

“’He vencido a Durango’, me dijo con amplia sonrisa al abrirme las puertas de su casa en las calles de Independencia, y sólo en ese momento tuve una visión cabal de su tesón y de los cuarenta años de fecunda labor en el campo de la literatura”.