¿Espejo de los padres?

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MTF. Alfredo Arévalo

En ocasiones en nuestras decisiones y nuestra forma de actuar nos vemos influidos por lo que nuestros padres piensan sobre ciertas cosas, por ello tenemos un concepto de riqueza, como se comporta un niño o una niña, como deberás buscar tu pareja, y sobre todo que es lo que debes conseguir en esta vida para ser pleno.

Como mencionaba en el artículo anterior, nuestro pasado tiene mucho peso en las metas que queremos conseguir, y dentro de ese pasado está la presencia de nuestros padres, nuestros abuelos, nuestros bisabuelos, y todos nuestros ancestros. Por lo que en nosotros está escrito una serie de reglas y opiniones que creemos nuestras y las defendemos, sin embargo, no tenemos la certeza de por qué están ahí.

Padres

Una parte importante de nuestras vidas sin duda son nuestros padres, pues con ello se da inicio a nuestra vida, independientemente si están ambos presentes en nuestras vidas, nosotros tenemos dos padres, y con ellos un legado que ellos nos transmiten, pero ¿qué aprendemos de ellos consciente e inconscientemente?

De manera consciente ellos tratan de educarnos en base a su modelo de creencias, formamos parte de la misma religión, le damos forma al mismo Dios que ellos, tenemos una fe fortalecida gracias a ellos; de igual manera aprendemos a formar relaciones con una pareja, conocemos la importancia del dinero, y lo necesario que es el trabajo.

También nos regalan una brújula moral, de ahí definiremos lo que es bueno o malo, lo correcto o incorrecto; y esta parte es esencial, pues con ello podemos dar juicio a todo lo que nos rodea. Estos dos regalos dados de manera consciente traen consigo otros tantos inconscientes, que nos acompañan a lo largo de nuestra vida y que en ocasiones creemos que hemos modificado, pero solo rescatamos las palabras de otro ancestro, o repetimos ese patrón no solucionado.

El modelo de creencias y la brújula moral son las herramientas que usamos en todas nuestras decisiones, y por ello marcan la importancia y el valor de tener o no dinero, el saber si es bueno o malo tener poco o mucho, si trabajamos duro o no para ganar lo que tenemos; de igual manera le damos un significado a la palabra amor, y aprendemos a relacionarnos con la pareja.

No somos seres indefensos sin decisión

Luego de leer todo esto podríamos pensar que somos unos seres indefensos que han venido a este mundo a replicar las victorias y fracasos de nuestros padres y antepasados, sin embargo, lo que trato de escenificar es esa formación que recibimos, pero olvidamos que tenemos el poder de cuestionar y tomar decisiones por nuestra cuenta.

Para algunos es más fácil recibir la estructura ya hecha y seguirla al pie de la letra, volviéndose mas rígidos, siguiendo los mandatos familiares, sociales, y religiosos tal y como nos lo dijeron. Pero hay otros que se cuestionen el ¿por qué las cosas deben de ser así?, y con ello inician un cambio.

Es necesaria esta aclaración porque de no ser así culparíamos de nuestros fracasos a nuestros padres, y no es así, si bien ellos nos educaron como consideraron la mejor manera, y nos dieron todo lo que pudieron en medida de sus posibilidades, es injusto crees que tengo un trabajo que no me gusta a causa de un mandato familiar, o que tengo una relación que no me llena porque así me lo dijeron.

Nuestras decisiones tienen un peso importante y si no nos movemos de donde estamos es porque hemos decidido no hacerlo, y con ello aceptamos otra cosa, el creer que todo va a cambiar si alguien externo asume esa responsabilidad. Que voy a ser feliz si la otra persona cambia, o si en la empresa donde trabajo me da más dinero seré rico, o si el presidente hace las cosas bien yo viviré mejor.

Volvemos al cambio sin cambiar, a depositar en otros lo que no nos hace felices, y los principales culpables para algunos son nuestros padres.

Un reflejo borroso

Nosotros podemos elegir, eso es obvio, el problema está en las consecuencias que tendríamos al ser diferentes. El rechazo viene a marcar una parte crucial en nuestro comportamiento, y lo evitamos a toda costa, hacemos todo lo posible por no sentirlo, y por ello seguimos haciendo algo que no nos complace, porque nos da miedo hacer un cambio real.

Decidimos sin decidir hacer lo mismo, tener la misma mala relación con el bienestar económico y lo etiquetamos como dinero bueno o malo; tener una religión que donde ese ser supremo puede o no mover las fichas a nuestro favor, pidiendo cambiar cosas que decidimos hacer y que no queremos aceptar; darle un sentido al amor idealizado, donde la principal encomienda es que el otro sea responsable de lo que siento para que yo sea feliz.

No nos cuestionamos ¿por qué en ocasiones la vida se ve como un reflejo borroso de lo que en realidad deseamos? Porque nosotros somos ese reflejo borroso. Porque tenemos caro que no somos nuestros padres o antepasados, pero mientras no decidamos resignificar seguiremos heredando patrones. Entendamos que nuestros padres nos educaron en la mejor forma que ellos tenían y en base a la realidad que ellos vivieron, pero no por ello vamos a replicarlo de la misma manera, demos gracias por sus obsequios, pero iniciemos nuestro camino cuestionándonos lo que no tenga sentido para nosotros, y tal vez con ello sanemos conflictos de nuestra familia y reescribiremos nuestra historia para nuestros hijos.

Por severo que sea un padre juzgando a su hijo, nunca es tan severo como un hijo juzgando a su padre”. Enrique Jardiel Poncela

Sobreviviremos al próximo lunes… si cuidamos de nosotros y nuestra familia.

Nuevamente los invito a escribir a mi correo alfredo.adj@gmail.com, en caso de necesitar un apoyo extra.