Después del gran esfuerzo realizado para la mesa segura y de la responsabilidad social del sector restaurantero, no es momento de retroceder.
Graciela Rosales/Voz de Durango
Luego de manifestar su inconformidad con los colores del semáforo epidemiológico del gobierno federal, Miguel Camacho Herrera, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y de Alimentos Condimentados (Canirac), dijo que no es momento de retroceder ni cerrar negocios, ni aunque el semáforo sea de color rojo infierno, cualquier restaurante que tenga mesa segura, debe permanecer abierto, porque el sector ya dio muestras de responsabilidad social.
No es momento para volver atrás, necesitamos que la autoridad se ponga en los zapatos de los restaurantes e impulse la reactivación económica.
El decreto a través del cual se restringe la circulación a partir de las 22 horas, afecta al sector restaurantero, pero hay el entendido de que será analizado el próximo viernes en la sesión de cabildo, es decir que aún hay tiempo de hacer una buena negociación y de hecho ya están en negociación con la autoridad.
El sector restaurantero no está de acuerdo con el decreto y reiteró que el sector está abierto al diálogo y a seguir generando fuentes de empleo, en días pasados hubo aperturas de negocios; es momento que el gobierno sea aliado del sector y jugué a favor de los restauranteros.
Y precisó que no hay nada en contra de los negocios informales, pero es necesario que exista piso parejo, porque a los formales les ponen horario y se ha visto que en la madrugada hay muchos puestos de hamburguesas, de muchas cosas, operando, todos necesitan trabajar, pero se requiere que la autoridad a pensar y se ponga en los zapatos de los restauranteros con un pensamiento positivo.
La Canirac está en desacuerdo con el apartado del decreto en que se establecen horarios para una actividad esencial, por lo que la postura es en contra de ese apartado que les obliga a cerrar a las nueve de la noche y los domingos a los once, no cabe en la cabeza, está fuera de sí, las autoridades deben ponerse en los zapatos de los restauranteros y una impulse como debe ser, la reactivación económica.