¿Re-Escribir?

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MTF. Alfredo Arévalo

Como lo explique al final del artículo anterior si tienes un pensamiento recurrente necesario que cambies el significado de lo que mueve en tu vida. Para comprenderlo mejor es necesario que analices que palabra o acción te causa molestia y frustración, por ejemplo: idiota, cobarde, puta, pobre (pobrecito), o frases como “no sirves para nada”, “para que lo intentas vas a fracasar”, “tienes que aguantar”, “esa suerte te toco” y muchos otros en ese sentido.

Ahora que lo tienes presente busca el significado que le das en tu vida, por ejemplo, a una paciente le afectaba la palabra puta, su padre se la dijo cuando era joven y la persiguió por toda su vida, no le permitía tener una libertad sexual y eso afectaba su relación actual, ella lo asociaba con la culpa, le daba el significado que le dio su padre. Para dejar ese concepto atrás el ejercicio es cambiar de perspectiva, reescribir ese significado par que no te afecte.

En lugar de culpa ella quería libertad, entonces el cambio iría en ese sentido, ella decidió dar el significado de que una puta es alguien que es libre de ser feliz. En este punto esa frase puede chocar con ciertas ideas, podríamos juzgar o tratar de corregir, pero eso no es necesario, porque ella lo decidió así y a ella le funcionó.

Hago esa aclaración porque al momento de reescribir uno de tus pensamientos esa necesidad saldrá, tratarás de ajustarla a otro sentido, podrás sentir incomodidad porque choca con tus mandatos familiares, o generarte alguna emoción; esto es normal, has vivido siguiendo esos mandatos por mucho tiempo, no podrás reescribirlos de la noche a la mañana, tendrás que irte adaptando al nuevo significado.

Para acomodar tus ideas puedes escribirlas, el acto de escribir por si solo ya es terapéutico, dentro de la terapia narrativa se emplea escribir para sanar, pues es una herramienta que nos puede servir para expresar y canalizar nuestras emociones cuando nos sentimos bloqueados o desbordados, o cuando no podemos hablar lo que sentimos.

Cuando escribimos para nosotros mismos, la escritura nos permite desahogarnos, desbloquear emociones, conocernos mejor y mucho más, esto en si no te sanara, pero con el acompañamiento profesional te ayudara a sanar eso que te causa conflicto.

Algunos ejercicios

Sacarlo de ti

Este puede ser uno de los más conocidos, lo hemos visto en series y películas, donde el protagonista toma una hoja en blanco y escribe. La idea es similar tendrás que escribir a mano lo primero que se te pase por la cabeza, sin borrar, sin tachar, sin el freno del juicio o de la vergüenza. Puedes escribir todo, palabrotas, insultos, lo que quieras. Se trata de vaciarte de emociones negativas.

Ya que lo tengas ahora quema o rompe esa hoja; este es un acto simbólico para soltar esas emociones. Ahora, en otra hoja, escribe cómo te gustaría sentirte, cómo te gustaría que fuera la situación en ese mismo instante. Esta hoja la guardas.

Escribe una carta

Quienes han escrito cartas podrán decir que era una actividad muy terapéutica, tanto para quien la hacía como para el que la recibía, ahora con los medios digitales eso ha quedado atrás, el escribir una a mano simbolizaba el dejar algo de ti en ese papel, para la terapia es similar, solo que ahora no necesitas enviarla, es solo para ti, y puedes decidir guardar o romper la carta.

Existen varios tipos que puedes hacer

  1. La carta de desahogo.- Parecido al ejercicio anterior , en este escribe a mano por qué estás enfadado/a, qué es lo que te molesta de una situación o persona. Deja salir toda la ira que tengas. Explica que es lo que te hace sentir, y en todo el tiempo mira dentro de ti, busca miedos, culpas, tristezas, todo. Cuestiona todo lo que crees que hiciste mal; pero también reconoce todo lo que hiciste bien.
  2. La carta para hacer las paces

Otra versión de este ejercicio es escribir una carta a una persona que te haya lastimado con el fin de reconciliarte con ella, o si es el caso podrías hacer una carta para ti mismo si has hecho algo que no querías o de lo que te arrepientes. Escribe lo que sientes, sin reproches recuerda que las palabras tienen el poder de sanar o herir, cuida de ti.

Puedes poner tus iniciales en el sobre y colocarla en un buzón, es un acto simbólico, al no tener sello ni dirección no se entregará.

  1. La carta al niño/a que fuiste

Esta se utiliza para encontrar el perdón y comprender algo que te ocurrió siendo niño; además de recordar tu vida todo lo que disfrutabas y querías, para verte de otra manera. Es importante que le muestres tu cariño a ese niño, tu agradecimiento, tu perdón, tu comprensión y apoyo. Eras pequeño/a y no entendías todo lo que te pasaba. Ahora con ojos de adulto, puedes explicarle sus incógnitas infantiles y reconfortarle.

  1. La carta para leer en tu funeral

Este ejercicio es muy interesante, porque te hace reflexionar sobre lo que es de verdad importante en tu vida, qué quieres, qué valoras, qué te gustaría hacer antes de morir; a algunas les da miedo pensar en su muerte, pero esto sin duda te ayuda a aclarar.

Se supone que es una carta para ser leída en tu funeral, con esta idea en mente busca un rato de tranquilidad, y escribe a mano a las personas a las que quieres dejarles un mensaje o una petición. Comparte una historia que no conozcan o de la que te sientas orgulloso/a. Cuéntales una anécdota divertida para que te recuerden con una sonrisa en sus labios. Expresa palabras de amor y gratitud a las personas que amas. Recuerda que están tristes porque ya no estás con ellos. Al final puedes guardarla o destruirla.

Todos estos ejercicios son solo para ti, para que tú te encuentres a ti mismo, aclares conflictos, y resignifiques todo aquello que sientes que has llevado cargando, y recuerda que todo lo que platicamos en este espacio causara un impacto mayor si vas acompañado de un terapeuta.

 “Cuando uno escribe, el lector es uno”. Jorge Luis Borges.

Sobreviviremos al próximo lunes… si aceptamos nuestra realidad.

Si quieres iniciar un proceso terapéutico personal, de pareja o familiar, puedes contactarme al 618-152-79-65.