Urgen más y mejores empresas

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Por Ma. de la Luz Elvia Gutiérrez Simental

La generación de riqueza no es una actividad fácil, superficial o el producto de un ego inflado. Es una vocación de servicio, es a partir del talento personal, que se crea desde cero y con los pocos o muchos recursos con los que se cuenta, un nuevo proyecto. Se asume el riesgo de perderlo todo por el simple hecho de querer construir tu sueño.

Un buen día, un emprendedor ideó la silla en la que estás sentado, la pluma que usas cotidianamente, la bombilla para iluminar tus espacios, el papel, tu taza favorita, los alimentos que consumimos, el celular que se ha vuelto tan indispensable, en fin. Todo lo que nos rodea es producto de la creatividad de alguna persona que decidió hacer de su idea un negocio. Una vez que la idea es funcional, es necesario hacerla sostenible, es decir; a partir de su comercialización, se cubren todos los costos y gastos y por supuesto se genera utilidad.

¡Para repartir, primero hay que preparar el pastel, decía mi Abuela! Una vez que el producto logra comercializarse y tiene éxito, entonces se genera riqueza que se distribuye entre los proveedores, colaboradores, inversionistas y claro, nuestro socio mayoritario recibe su tajada, a través de los impuestos (por lo general el 33% de ISR y el 16% de IVA).

Los impuestos, son regresados por el gobierno en servicios: hospitales, carreteras, seguridad pública, educación, etc.  Además de regresar a los gobiernos estatales recursos para su presupuesto anual. Claro, una vez que cubre las necesidades de su aparato burocrático: sueldos, rentas, vehículos, asesores, y un enorme etc.

Además de los ingresos de las empresas gubernamentales como Pemex, CFE, Aeropuertos, Telégrafos, Correos, entre otras. La historia nos ha demostrado que estas empresas manejan grandes pérdidas y enormes privilegios para sus funcionarios.

Si el sector empresarial se reduce como está ocurriendo por la pandemia, los ingresos para el país se reducen y el pastel se hace más pequeño. Si a esto le sumamos que la inversión en México que ha sido un acelerador para el desarrollo de nuestra economía, se ha reducido en razón de la política anti empresarial de nuestro gobierno, el pastel es cada vez más pequeño.

Celebro el apoyo a los 9 millones 780 mil adultos mayores a quienes se les acaba de anunciar que su monto se duplicará; los 5 millones 240 mil becarios de prepa; los 4 millones de personas con discapacidad permanente; los 2 millones 300 mil becarios de jóvenes construyendo el futuro, los 2 millones de beneficiarios de tandas para el bienestar, los 400 mil beneficiarios de sembrando vida y los 300 mil becarios universitarios; lo que suma una población total de mas de 23 millones de personas apoyadas. (Bienestar 2021)

Estos apoyos son posibles gracias a la generación de riqueza del aparato económico de nuestro país. No es riqueza generada por el aparato gubernamental, solo la está distribuyendo.

En la medida que se le facilita el camino a la empresa para generar empleos, valor agregado, productividad; en esa medida contamos con un pastel más grande para repartir.  Urgen más y mejores empresas y más y mejores empresarios, para construir el país de primer mundo en el que merecemos vivir.