¿Suicidio?

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MTF. Alfredo Arévalo

En las noticias a lo largo de este año la cifra de suicidios está cerca de los 40, lo cual es un tanto alarmante luego del año que vivimos debido a la pandemia; para comenzar, debemos de conocer los dos puntos que incluye la conducta suicida: el suicidio y el intento de suicidio. Muchos incluyen las ideas de suicidio, pero estas hacen referencia a la existencia de pensamientos y planes de suicidio, no entra directamente en ninguna de las dos.

El suicidio se ha analizado desde diferentes áreas relacionadas con la salud mental buscando aspectos en común, además de aspectos sociales que pueden influenciar, el hecho es que el suicidio suele ser resultado de la interacción de muchos factores, entre los que en su mayoría resalta la presencia de depresión.

Por otro lado, el método en que se consuma el suicidio tiene que ver con factores sociales o familiares, algunos métodos suicidas, como el empleo de armas de fuego, que tienen mayor probabilidad de resultar mortales; no obstante, la elección de un método menos infalible no significa de manera necesaria que la intención de suicidio sea menos seria, simplemente influyen esos factores.

Todo esto es la información que se debe de reconocer y no tomarse a la ligera, eliminar la idea de que el suicidio es por intentar llamar la atención, pues la persona con ideación suicida está lidiando con muchos conflictos, tanto internos como sociales, la persona no quiere dejar de vivir, sino de sufrir. Aun así, la conducta suicida es un problema de salud muy frecuente, ocurre en hombres y mujeres de todas las edades, etnias, credos, ingresos, niveles educativos y orientaciones sexuales. No hay un perfil típico del suicida.

¿Qué pasa?

Se cree que el suicidio es una de las causas principales de muerte entre los jóvenes, porque socialmente son quienes carecen de un control emocional, no obstante, la mayor tasa de suicidios consumados está entre las personas de 30 a 64 años de edad, en esta cifra los varones tienen más probabilidades de cometer suicidio que las mujeres, por su incapacidad de hablar sobre sus emociones y negarse a buscar ayuda.

Debemos de tomar en cuenta que por cada persona que se suicida, hay muchos más que lo intentan, por eso la cifra dentro de los casi 40 suicidios que se han presentado en el estado, porque puede haber un conflicto detrás que no hemos alcanzado a percibir.

Debido a la cuarentena muchos de nosotros nos hemos visto obligados a detenernos un cierto tiempo, antes había mayor movilidad y obligaciones, esto nos mantenía ocupados y al no tener esto se comenzaron a presentar diversos conflictos tanto personales, como familiares, de pareja o laborales. Todo esto tiene una carga emocional muy grande y cada uno de nosotros hemos aprendido a manejar esa carga de diferentes maneras.

Mencionaba que en la mayoría de los casos de suicidio se observa algún nivel de depresión, y también digo que no es una regla, porque la mayoría de las veces este trastorno acompaña a otros como un síntoma y no tanto como una enfermedad mental principal, además que la respuesta personal sobre ciertas pérdidas en ocasiones provoca depresión a cierto nivel. Esto es necesario aclararlo porque se podría poner el estigma de que la depresión es igual a suicidio y no es así.

Como lo mencionaba, hay muchos factores que detonan esta conducta suicida, si bien la depresión trae consigo muchos pensamientos desvalorizantes sobre la persona y la vida misma no constituye al 100% una causa. La depresión se puede presentar de forma inesperada, y es muy común, puede estar desencadenada por una pérdida reciente u otro evento perturbador o ser consecuencia de una combinación de factores, los cuales casualmente se han presentado a lo largo de esta pandemia.

Hemos visto que los problemas en la relación matrimonial se han incrementado, violencia en los hogares, confinamiento obligado, la pérdida de la libertad de relacionarse con personas ajenas al círculo familiar, la invasión de la privacidad, ya sea por la familia o por la dinámica del “home office” que se ha extendido a horas que eran de la persona; si estás en la adolescencia esta invasión de la privacidad causa mayor impacto, pues causa un confrontamiento directo con los padres, y al no cumplir con expectativas se vienen las culpas.

Todos estos aspectos han complicado la convivencia dentro de las familias, al menos al principio se buscaba cierto optimismo para tratar de afrontar la situación, pero luego, a más de un año de que inicio la pandemia lo que se busca es una salida. Y justamente para las personas con ideación suicida la muerte tiene esa función, claro que intervienen muchos sesgos (rupturas o engaños) mentales que dan sentido a la persona sobre lo que hace, pero no es as{i, mencionaba que cada uno de ellos tiene un conflicto y tiene que lidiar con miles de pensamientos intrusivos que los desvalorizan o que los orillan a creer que no hay salida (esto es un ejemplo de sesgo mental), y mientras más se tenga esa batalla interna es más probable que se trate de quitar la vida.

Los índices de suicidio se incrementan debido a determinadas enfermedades como el caso de la depresión, pero si a esto le sumamos el contexto social tan incierto en el que estamos viviendo, los problemas de salud que en ocasiones provocan problemas económicos, sensación de carencia, y desesperación por recuperar lo que se tenía; vemos que todo está a disposición para que se dé la conducta suicida.

No obstante, hay que delimitar la realidad y eliminar un tanto el drama social, debemos reconocer las fortalezas personales, y que cada uno de nosotros reacciona diferente a los conflictos y las cargas que se nos presentan. Pero como he dicho antes, ESTE COMPORTAMIENTO NO SE DEBE TOMAR A LA LIGERA, si observas que un familiar o amigo está pasando por una situación que lo lleva a este tipo de conductas, lo mejor es llevarlo con un profesional

Estos son algunos de los factores de riesgo del comportamiento suicida a los que podríamos poner mayor atención, y que se han presentado en otros casos: Enfermedad dolorosa o incapacitante; vive sola; tiene recesión económica, deudas o desempleo; sufrió algún duelo o pérdida; se siente humillado o desvalorizado; siente desesperación; Depresión, especialmente si va acompañada de ansiedad o forma parte de un trastorno bipolar; Hospitalización reciente para tratar la depresión; Tristeza persistente. Además de ver antecedentes personales donde exista: alcoholismo o drogadicción; tentativas de suicidio; antecedentes familiares de suicidio o de trastornos mentales; experiencias traumáticas en la infancia, incluyendo abuso físico o sexual; preocupaciones acerca de ideas suicidas y verbalizaciones de las mismas; o mencione planes definidos de suicidio.

Todo esto será un foco de atención para evitar que se incrementen los síntomas, pero no hay que llegar a ese límite, una comunicación saludable dentro de la familia o pareja puede mejorar el estado de vida; así como dejar de juzgar tan duramente nuestras acciones.

“El suicidio es una puñalada incurable para quienes te quieren y te sobreviven”.  David Trueba.

Sobreviviremos al próximo lunes… si aceptamos nuestra realidad.

 

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