MTF. Alfredo Arévalo
Luego de tanto tiempo en confinamiento obligado, se ha presentado en algunas familias una dinámica donde la violencia es cada vez más recurrente, y no es de extrañarse, pues como he mencionado en otros artículos, cada persona ha creado una rutina diaria, y en ocasiones esta es un escape de la situación que se pudiera vivir en familia.
En muchas ocasiones si hay un pequeño problema o incomodidad, al cada uno cumplir su rutina este se olvida un poco, y se activa el malestar solo en ocasiones. Por otro lado, si este malestar se tiene presente la mayor parte del tiempo es obvio que va a crecer y explotar en un conflicto mucho mayor.
Desde que se presentó un incremento en los índices de violencia familiar, muchos expertos trataron de explicar por qué se dio de esta manera y en este tiempo. Al analizar que las medidas mostraron eficiencia en reducir los contagios, pero se notó un incremento en problemas como el estrés y la ansiedad a causa de que la persona se veía en una situación de alta tensión emocional, dando pie a que niños, adolescentes, adultos, y ancianos presentaran algunos síntomas debido a la realidad que atravesamos.
Como lo he dicho antes cada personalidad es diferente, es por ello que algunas no presentaron un cambio radical, solo sintomatología leve, pero otros que eran de cierta manera más vulnerables psicológicamente comenzaron a desarrollar problemas mentales. Sin duda, esto se complica cuando dentro del sistema familiar hay personalidades que desarrollan conductas diferentes, y dentro de estas se manifieste el agresor y la víctima, o que se esté moviendo entre ambos constantemente.
Esto no se origina a causa del confinamiento, solo se dieron las condiciones para que se incrementara la frustración, y con ella la agresividad de las personas que ya sufrían este tipo de problema antes de la pandemia. Y si lo analizamos por partes, la víctima de la agresión se vio obligada a permanecer encerrada con su agresor, sin tener contacto exterior de personas que pudieran detectar el abuso y solicitaran apoyo a especialistas.
La violencia no solo se ha incrementado contra la mujer, también contra los niños, e incluso contra el hombre. En este punto hay que romper la idea de que al hablar de violencia familiar se enfoca en esposas o hijos, porque los padres también se vuelven vulnerables a padecer esta violencia.
Dicho esto, hay que generalizar quienes pueden padecer violencia, y como los efectos del confinamiento en la violencia doméstica, tanto directa como indirectamente, incrementándola. Las medidas de confinamiento, junto con el impacto económico que ha tenido la pandemia, aumentaron los factores que se han asociado con este tipo de violencia; entre ellos podemos destacar el incremento del desempleo en la población masculina, los cuales culturalmente son proveedores; este sentido de carencia fácilmente se convierte en estrés, ya sea por el hecho de perder la estabilidad económica, estar en casa, o encargarse de los niños más tiempo, el incremento de la inseguridad financiera y la aplicación de estrategias de afrontamiento desadaptativas al encontrarse en una situación que nadie se esperaba que le tocaría vivir.
En general la violencia es algo que está presente en nuestras vidas y se presenta de diferentes maneras, esta violencia se cataloga dependiendo de quién es el agresor, y va desde nosotros hasta alguien externo. Debido al confinamiento se han presentado tres tipos de violencia.
- Violencia autoinfligida Este tipo de violencia es complicada, pues existe el estigma de que no te debes de dañar a ti mismo, sin embargo, existe, y está presente también en el confinamiento, pero pocas veces se menciona debido a lo que las demás personas puedan creer de la persona que se daña a sí misma. Este tipo de personas están pasando pos situaciones muy estresantes, algunas ya sufren un trastorno adicional a esta práctica, y es necesario aclarar que el infligir lesiones a sí mismo no implica que decida quitarse la vida.
- Violencia interpersonal (doméstica y bullying) Este es el tipo de violencia en la que un individuo agrede a otro, se parte de la familia o no. Si es dentro de la familia también se pueden presentar alianzas para que dos o más miembros de la familia se unan para agredir a otro, y no tiene mucho que ver el género de la víctima o el agresor, son circunstancias que se han desarrollado de manera poco saludable dentro del sistema familiar.
- Violencia colectiva A diferencia de lo que ocurre en los tipos de violencia que hemos visto, en esta la agresión es de carácter colectivo, de un grupo o comunidad contra otro colectivo, podrán preguntarse qué tiene que ver con el confinamiento, pues mucho, las principales víctimas de este tipo de violencia en este contexto de confinamiento fueron personal de salud, a nivel mundial se presentaron casos de agresiones, y a nivel estatal no fuimos la excepción, pues hubo una familia que agredió a una enfermera y su hija.
Entonces vemos que la violencia por el confinamiento se presenta a nivel personal, familiar y social, y el hecho de que esté presente en nuestras vidas no quiere decir que sea necesario normalizarla, y mucho menos aceptar que se haya incrementado a causa del confinamiento, pues en mayor o menor medida, este hecho nos puede afectar a todos.
“Hay personas enganchadas a la violencia en cualquiera de sus formas. Y todavía nadie se ha preocupado de conseguir una cura”. Carmen Mola.
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