- Hay discriminación, malos tratos y despido injustificado.
Graciela Rosales/La Voz de Durango
Adrián Montoya Garay, luego de 15 años de servicio, demanda despido injustificado del Instituto Tecnológico de la Región de Los Llanos en la ciudad de Guadalupe Victoria, en donde se le acusa de no haber cumplido con el proceso de certificación, pero fue el mismo director quien por escrito lo eximió de esa responsabilidad de acuerdo con el oficio DG 043/06/19 de fecha 4 de julio del presente año, por lo que resulta incongruente la actitud de Juan Manuel García Hernández.
Montoya Garay, explicó que respeta dicha institución a la cual le ha entregado el mayor esfuerzo durante 15 años, y a la cual ingresó como asesor de matemáticas y donde hasta hace unos días se desempeñó como jefe de la carrera de Ingeniería Industrial y cabe mencionar que el programa educativo ha tenido diversos reconocimientos.
“En mi caso personal, he sido víctima de acoso e intimidación por parte del cuerpo directivo de esta institución, violando las leyes laborales que nos rigen, los cuales demuestran poco interés a lo que verdaderamente importa, que es la formación de los jóvenes. Por una serie de situaciones que no tienen nada que ver con lo académico, se me ha destituido arbitrariamente y se me ha negado el acceso a mi cubículo aún con mis cosas personales y fui retirado de las instalaciones, al momento de impartir la docencia frente a mis alumnos, lo cual considero denigrante para cualquier catedrático”.
Agrega que fue el pasado viernes 30 de agosto del presente año, cuando el director, Juan Manuel García Hernández, empieza a hostigarlo de forma personal solicitándole le entregue el puesto alegando pérdida de confianza, y le ofrece 20 horas docentes, que reducirían en un 60 por ciento sus ingresos.
Al interior del instituto se comentó que el despido era porque no había cumplido con el proceso de reacreditación de carrera; y comenta que desde mediados del año pasado se inició en el Instituto Tecnológico Superior de la Región de Los Llanos un proceso para obtener la acreditación de los Programas Educativos de Ingeniería, para lo cual se contrataron los servicios de un consultor externo, siendo la subdirectora académica, Claudia Ivette García Montelongo, el enlace directo con dicho consultor y quien lleva la agenda de visitas.
Sin embargo, el proceso se volvió una tortura e intimidación laboral, ya que el consultor se extralimitó en su encomienda, expresándose con un lenguaje vulgar, denigrando al personal, incluso poniendo sobrenombres, lo cual hacía abiertamente en presencia de la propia subdirectora académica, de quien se puede suponer mal aconseja a dicho consultor, estableciéndose así una complicidad perniciosa en contra de los trabajadores, dejando ver que la encomienda era reventarlos.
Recalca que ni él, ni sus compañeros, se negaron a continuar con dicho proceso, pero el comportamiento del consultor, la mala actitud, falta de comunicación y disposición de la subdirectora académica hacían imposible seguir trabajando de esa forma en el proceso.
La percepción al interior del instituto –dijo el denunciante- es que el director se ha dedicado a estar favoreciendo un clima laboral de discriminación en lugar de estar realizando gestión para mejorar las condiciones del propio instituto y de los trabajadores,
Al inicio de su gestión se esperaba que viniera a mejorar el clima laboral, pero se ha visto rebasado por los intereses de su principal asesor Víctor Hugo Álvarez Herrera y de su círculo cercano, quien lo ha mal informado llevándolo a tomar decisiones en perjuicio del instituto.