Claudia Nallely Ruiz Porras y su relación con el tiro con arco

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  • Es un deporte en donde se trabaja más lo mental que lo físico, se trata de disciplina, paciencia, entregarte al deporte y mucha confianza en ti.

Durango Dgo.

El deporte siempre nos lleva a prepararnos en disciplinas que quizás de niños no pensábamos, tal es el caso de Claudia Nallely Ruiz Porras, una de las arqueras de la Selección duranguense, quien platicó que desde noviembre del 2014 junto a su familia acudieron a las instalaciones de la feria al evento anual “Kermesse de la familia” y al ingresar al Centro de Convenciones y lo primero que vio fue una infinidad de arcos profesionales puestos en forma para que la gente los viera y detrás de ellos estaban unos arqueros tirando y los otros platicaban con la gente que se acercaba a preguntar, entonces le dijo a su mamá que la acompañara al lugar, se acercaron y el encargado se les acercó y le preguntó si quería tirar y ella gustosa dijo que sí.

“Me prestó un arco de madera y me dio tres flechas y me puso en posición para tirar y me dio indicaciones para soltar las flechas, cuando solo me quedaba una el entrenador me dijo que si me dejaba tirar la última flecha le prometía que iba a ir a entrenar con él, yo emocionada se lo prometí y cuando terminé de tirar y me acerqué con mi mamá ella le preguntó al entrenador en dónde y el horario en que entrenaban”. La siguiente semana fuimos al lugar con los entrenadores coreanos y uno de ellos estuvo viendo su fuerza y tamaño de los brazos, le dio el visto bueno para entrar y desde ese momento hasta el día de hoy sigue entrenando en la disciplina de tiro con arco.

Al inicio pensaba que iba a tirar, incluso creyó que podía escoger uno de los arcos que estaban en el lugar, pero no fue así, logró tener su arco propio aproximadamente un año después, ya que primero tenía que agarrar fuerza, condición física y por supuesto aprender la técnica que los coreanos estaban enseñando y para eso usaba una liga. Duró 6 meses practicando con liga y ejercicios físicos hasta que le dieron un arco de madera para poder tirar a una distancia de 3 metros, al principio lo máximo que tiraba era a 20 metros y fue solo para quitarse las ansias de querer tirar, ahí descubrió que el arco de madera no alcanza distancias tan largas como un arco profesional y comprendió que no estaba lista.

“Cuando ya tenía un año y medio entrenando se me planteó comprar mi propio arco y como en ese tiempo mi familia estaba ahorrando para mi fiesta de 15 años, no dudé en cambiar la fiesta por mi arco nuevo”. Desde entonces ha participado en muchas competencias, regionales, nacionales de exteriores y actualmente se prepara para competir por la universidad, ha tenido muchas experiencias tanto buenas como malas, agregó que hace poco tuvo que cambiar la técnica de tiro por otra más compleja y sus compañeros de equipo y entrenadores tuvieron que adaptarse poco a poco a ella.

“Cuando empecé a competir entrenaba 6 días a la semana por 4 horas, y en vacaciones incluso iba a entrenar en las mañanas y en las tardes todos los días, pero yo me desesperaba mucho porque pensaba que no avanzaba tan rápido como quería”. En las competencias no obtenía los resultados que le hubiera gustado obtener y en cada entrenamiento se desesperaba más y más hasta el punto de llorar, lo cual no le gustaba porque ella reconocía que era muy exagerada y que debía calmarse.

Debido a los malos resultados y que no podía controlar sus emociones negativas, enojarse por no dejarme ir a una competencia o simplemente enojarse con sus entrenadores por corregirla o no hacerse caso, decidía salirse un tiempo para pensar si en verdad quería seguir en esta disciplina deportiva. “No entrené por dos meses hasta que volví y me prometí a mí misma que iba a mejorar tanto física como mentalmente y hasta el día de hoy sigo tratando de mejorar cada día y me siento bien. Aún me falta mucho para llegar a donde quiero en esta disciplina, pero tengo mucha confianza en mí misma de que puedo ser mucho mejor a como lo era tiempo atrás”.

Finalmente compartió que debido a la contingencia no ha podido entrenar con frecuencia en un campo con su entrenador y sus compañeros, pero está segura que en cuanto la situación mejore, volverán con mucha dedicación, confianza y sobre todo con todas las ganas para ser mejores.